Dimitar Stojanov

La comunidad macedonia en España está llena de historias personales marcadas por el esfuerzo, los logros y superación. En esta ocasión, conversamos con un exitoso economista macedonio Dimitar Stojanov que ha sabido abrirse camino en el exigente mundo financiero español.

Él se describe con orgullo: “Soy Dime de Kavadarci, el corazón de la región de Tikves, la ciudad del vino y el canto.”

Vive en España desde hace mas de 20 años y es miembro activo del Centro de Estudios Financieros (CEF) de Madrid.

A través de su experiencia, descubrimos no solo los desafíos de integrarse en una nueva cultura profesional, sino también la importancia de mantener vivas las raíces, apoyar a la comunidad y construir puentes entre Macedonia y España.

¿Cuánto tiempo vives en España y cuál fue la razón por la que te mudaste aqui? 

Llevo 21 años viviendo en España, de los cuales 20 en Madrid, y algunos meses en Barcelona. 

Sin embargo, la historia de mi vida comenzó mucho antes - en el lejano año 1999, como estudiante en la Facultad de Agricultura en Skopje, en la especialidad de Viticultura y Fruticultura. 

Entonces, se me presentó la oportunidad de ir a Inglaterra a trabajar temporalmente como estudiante. 

Aproveché la oportunidad y así comenzó el camino.

 

De una fantasía infantil - al avión rumbo a Londres 

De niño, me encantaba la geografía. Soñaba con viajar y explorar. 

A menudo me paraba frente al mapa del mundo que tenía pegado en la pared de mi habitación y me imaginaba dónde podría estar algún día. Cuando obtuve el visado para el Reino Unido, ni siquiera podía imaginar que ese sería solo el primer paso en mi historia internacional. Con 22 años, volé en avión por primera vez. 

Cuando puse pie en el suelo de Londres, sentí algo que siempre permanecerá conmigo: 

emoción, miedo, adrenalina... y una curiosidad infinita. 

Londres era un mundo nuevo, cosmopolita, colorido, dinámico. Me dije a mi mismo: aquí pertenezco, pero también aquí aprendo. 

Pasé casi seis años en Londres, adquiriendo experiencia vital y profesional, haciendo amigos de todo el mundo y ganando nuevas perspectivas. 

Trabajé mucho, pero también crecí mucho - como persona y como profesional. 

De Londres - de vuelta al sol mediterráneo 

Mi pasión por el vino, la gastronomía y la hospitalidad, me llevó hacia nuevos horizontes. 

Gracias a varios cursos de Hospitality Management, conseguí trabajo en el reconocido Melia White House Hotel - un lujoso hotel español en el centro de Londres. 

Allí pasé casi 5 años como Food & Beverage Supervisor, y aprendí lo que significa ofrecer un servicio de excelencia, una organización impecable y comprender los gustos de distintas culturas. 

En ese lugar afiné mi sensibilidad por el sabor, por la armonía entre comida y vino. También fue allí donde conocí la cultura española, a través de mis compañeros españoles, sus relatos, tradiciones y el amor que sienten por lo que comen y beben. 

Al final, me ofrecieron un ascenso - la posición de F&B Assistant Manager - pero mi corazón me guiaba hacia otro lugar: Madrid. 

Madrid - mi hogar en el mundo 

Me enamoré de la ciudad incluso antes de mudarme. Hoy, después de tantos años, siento Madrid como mi verdadero hogar. Una ciudad con alma, con energía, con una armonía entre lo moderno y lo tradicional. Una ciudad que inspira. 

¿Cómo fue el proceso de adaptación al sistema español y qué desafíos enfrentaste al principio? 

Tan solo seis meses después de llegar a Madrid, ya hablaba español con fluidez. 

Me comunicaba con seguridad, y algo dentro de mí me decía que era momento de un nuevo paso - hacia cambios mayores, nuevos retos e incluso una transformación de vida. 

La experiencia de vida en Londres - donde yo mismo tracé mi camino – me ayudó a adaptarme más fácilmente también aquí, en España. 

Me volví a enfrentar con desafíos cotidianos, pero esta vez con más madurez, paciencia y confianza en mí mismo. Ese fue el momento en el que decidí firmemente: me quedo aquí, en Madrid, y cambio de profesión. 

Elegí algo que ya llevaba mucho tiempo despertando en mí - la contabilidad. Fue precisamente mi madre, una de las contables más exitosas de Kavadarci, quien me inspiró. Desde pequeño me encantaba ayudarla - todo era manual, sin ordenadores, y yo no podía esperar a que me diera alguna tarea de "escribir y borrar". Desde entonces me vi a mí mismo como una persona organizada y analítica, hecha para este tipo de trabajo. 

Así comenzó mi viaje por la administración española. En ese tiempo, el sistema aún no estaba completamente digitalizado - había que esperar, volver varias veces por el mismo trámite. 

Estaba acostumbrado a un enfoque más ágil en Inglaterra, así que necesité tiempo para adaptarme. 

Pero como dicen los españoles - paciencia. Y de verdad, el sistema, a pesar de todo, funcionaba, especialmente el sistema de salud - uno de los mejores de Europa, si no del mundo. 

Cuando comparo entonces y ahora, España es un verdadero ejemplo de progreso sobre todo en la digitalización de los servicios. Es admirable cómo el país ha superado obstáculos y se ha convertido en un sistema moderno y funcional. 

Y un recuerdo pequeño pero valioso que siempre me hace sonreír: acababa de llegar a Madrid y estaba con mucha hambre y me senté en un bar. Leí el menú y me topé con "Perrito caliente". Pensé: "¿Cómo que perro caliente?". Y de repente - ¡clic! – “¡Aaaah, Hot Dog!". :) 

Desde entonces, entendí que en español todo se lee tal como se escribe - ¡incluso los nombres de las estrellas de Hollywood! Por ejemplo, Chuck Norris... aquí es "¡Chuk Noris!" :) 

Eres un economista exitoso en España, pero ¿qué momento destacarías como el más importante en tu carrera profesional en España? 

El camino hasta convertirme en lo que soy hoy - un economista exitoso en el área de 

contabilidad y finanzas - no fue fácil. Detrás de mí hay años de dedicación, aprendizaje continuo y aceptación de cada desafío como una oportunidad para crecer. A través de mis estudios universitarios en economía y numerosos cursos especializados, he invertido mucho en mi formación profesional. 

El momento más significativo en mi carrera fue cuando me contrataron en Accenture - la mayor empresa de consultoría del mundo. 

Fue precisamente allí donde se me abrieron verdaderas puertas para el crecimiento profesional. 

Trabajando durante más de seis años como Accounts Payable Specialist, adquirí una experiencia inmensa, me formé como profesional y aprendí lo que significa la disciplina laboral en un entorno multicultural y dinámico. 

Esa experiencia me permitió posteriormente trabajar en varias empresas de renombre mundial en distintos sectores - derecho, manufactura, energías renovables - todas líderes en sus respectivos campos de actividad. 

Hoy, con casi 20 años de experiencia como contable y con el cargo de Senior Accountant, me siento agradecido por todo lo que he aprendido a lo largo del camino, y plenamente consciente de que, como cualquier otra profesión, la mía exige una actualización y mejora constante. 

Por eso soy miembro activo del Centro de Estudios Financieros (CEF) en Madrid, donde, a través de seminarios y cursos, amplío continuamente mis conocimientos y sigo de cerca las últimas tendencias en el mundo de las finanzas. 

¿Cómo describes Macedonia a tus amigos en Madrid? 

Cuando les hablo a mis amigos y compañeros en Madrid sobre Macedonia, siempre empiezo con esto: 

"Macedonia es pequeña en tamaño, pero enorme en corazón, historia y riqueza." 

Es un país con una historia milenaria y un patrimonio cultural y natural que habla por sí solo: desde yacimientos arqueológicos hasta majestuosos monasterios, desde montañas hasta lagos, desde una rica cocina tradicional hasta costumbres profundamente arraigadas. 

Cuando llegué por primera vez a España, me di cuenta de que muchos no sabían nada sobre Macedonia. 

Algunos habían oído hablar de la antigua Yugoslavia, otros reconocían a algunos futbolistas de la región, pero pocos tenían una imagen real de nuestro país. Fue entonces cuando entendí que nosotros, los macedonios que vivimos en el extranjero, somos sus mejores embajadores. 

Es nuestra responsabilidad representarla en su mejor versión - tal como es: rica, única y profunda. 

Siempre he creído que la política y el sistema no deben mezclarse con la forma en que presentamos la belleza de nuestro país. 

Macedonia es mucho más que sus desafíos: es un país que merece ser contado a través de su cultura, su naturaleza, su historia y su gente. 

A mis amigos les suelo hablar de Macedonia como una “tierra bíblica” – una tierra sagrada en la que, a lo largo de los siglos, se han cruzado distintas civilizaciones. 

Les hablo del Lago de Ohrid y del Lago Prespa, de los monasterios que guardan el espíritu del tiempo, de Skopie, Matka, Pelister, Antígona, Pelagonia, la llanura de Ovče Pole... de las riquezas de cada región. 

De nuestra cocina, que es tradicional, sabrosa y llena de alma. Y de nuestra gente cálida y hospitalaria. 

Y cuando llego a hablar de la región de Tikveš – ¡ahí mi pasión se duplica! 

Con una copa de vino tinto en la mano, les cuento con detalle sobre la cultura del vino, la viticultura, sobre la gente alegre y hospitalaria de esa zona, siempre lista para compartir, para cantar y para sonreír. 

Esa es la Macedonia que llevo en el corazón. 

Algunos de mis amigos ya han visitado Macedonia conmigo - e incluso varios han regresado por su cuenta. 

Y siempre, sin excepción, veo en sus ojos curiosidad, interés y el deseo de conocer algún día ese país del que les hablo con tanto cariño. Y eso, para mí, es la mayor victoria. 

¿Qué es lo que más echas de menos de Macedonia y qué es lo que más disfrutas en España? 

Lo que más echo de menos de Macedonia es la sensación de cercanía: la familia, los amigos, el calor del hogar y esas pequeñas cosas que solo puedes sentir en casa —el café de los domingos con tus seres queridos, el olor de un plato macedonio recién cocinado, las canciones que te devuelven a la infancia, las fiestas con alma propia... y, por supuesto, el barrio donde creciste. 

También extraño esos momentos espontáneos de "una copa de charla" con vecinos o amigos, sin ningún motivo especial, simplemente porque te apetece y que muchas veces terminan en canción. 

Extraño especialmente el Lago de Tikveš, donde tengo una segunda residencia, pero 

por desgracia, no paso allí tanto tiempo como me gustaría. 

Es mi rincón de paz, donde disfruto con amigos, en familia, con buena carne a la parrilla y un buen vino de Tikveš. 

Por otro lado, en España lo que más disfruto es la forma de vida: el equilibrio entre trabajo y tiempo libre, el buen clima, y la cultura de disfrutar el momento presente. La gente es abierta, positiva, sabe valorar la vida y no va con prisas -algo que me atrajo desde el principio y que con el tiempo también adopté. 

Disfruto perderme por las callejuelas del centro de Madrid, llenas de bares, aromas de frituras y delicias asadas, de degustar tapas y vino, de maravillarme con la arquitectura, las amplias avenidas, los museos y monumentos. 

Siempre que paseo por el centro, me siento como un turista -como si fuera mi primera 

vez en la ciudad. 

Un paseo por el Parque del Retiro, la visita al Palacio de Cristal, ver un partido del Real Madrid... me llenan, especialmente cuando ganan. :) Cuando llegué hace veinte años, Madrid me parecía una joya que aún estaba por pulirse. Hoy, lo veo como una verdadera metrópoli mundial, donde tradición y modernidad se fusionan a la perfección. Es una ciudad muy limpia y segura —diría que la más segura de Europa entre las grandes capitales. 

La gastronomía española es sencilla, pero está llena de sabor y tradición. 

Disfruto de largas charlas con amigos en una terraza, con una copa de buen vino en la 

mano. Debo decir que hay muchas similitudes entre la cocina macedonia y la española ambas con influencias mediterráneas, y en nuestro caso también balcánicas. Cada región de España esconde su propia belleza, historia y tradición —esa diversidad me fascina. 

Como gran amante del vino, suelo visitar bodegas. Tengo especial apego al vino tinto, así que no puedo dejar de mencionar las regiones de La Rioja y Ribera del Duero - un verdadero paraíso para los amantes del buen sabor.

En esencia, Macedonia es mi raíz, mi alma. Y España es mi nuevo hogar, donde he formado una familia, donde crezco y me desarrollo cada día. 

Ambos lugares ofrecen bellezas distintas, y precisamente esa combinación es lo que me hace ser quien soy hoy. Estoy orgulloso de ser macedonio, y igualmente orgulloso y feliz de vivir en España. 

¿Cuáles son tus metas profesionales y personales para el futuro? 

Mis metas profesionales y personales para el futuro están estrechamente ligadas con todo lo que he construido hasta ahora, pero también con lo que aún deseo alcanzar. 

Profesionalmente, quiero seguir desarrollándome en el ámbito de la contabilidad y las finanzas, seguir las últimas tendencias, especialmente las relacionadas con la digitalización, automatización, inteligencia artificial y finanzas sostenibles. Quiero formar parte de procesos que aporten valor -no solo en cifras, sino también en 

estrategia e impacto. Quizás algún día formar parte de un equipo de dirección más amplio o contribuir como 

consultor en empresas en crecimiento y transformación. 

Sigo formándome continuamente -por eso soy miembro activo del Centro de Estudios Financieros en Madrid-porque creo firmemente que el conocimiento nunca es suficiente. 

A nivel personal, quiero seguir cultivando el equilibrio entre el trabajo y una vida de calidad. 

Viajar, conocer nuevas culturas, crear recuerdos con mi familia. 

Cada vez pienso más en cómo conectar mi experiencia profesional con Macedonia tal vez a través de algún tipo de apoyo o redes con jóvenes profesionales allí, o participando en iniciativas de desarrollo económico. 

Quiero seguir siendo una persona que no olvida de dónde viene, pero que con el corazón abierto construye su camino allí donde la vida lo ha llevado. 

En resumen, mis metas son ser cada día mejor en lo que hago, no dejar de crecer, y al mismo tiempo estar pleno, presente y agradecido en cada nuevo día. 

¿Cómo ves el papel de la comunidad macedonia en el desarrollo de las relaciones entre ambos países? 

El papel de la comunidad macedonia en el desarrollo de las relaciones entre Macedonia y España es de suma importancia; representa un puente vivo que conecta ambas culturas, dos formas de vida y dos tradiciones ricas. 

Como vicepresidente de la Asociación Cultural Hispano-Macedonia SONCE, siento un honor y una gran responsabilidad por formar parte de una iniciativa que ya ha comenzado a dar resultados concretos. 

Junto con la presidenta de la asociación, Olivera Sánchez, la principal impulsora de esta idea, quien ha invertido una enorme energía y dedicación en su realización, así como con todo nuestro equipo de dirección, formado por amigos y colaboradores de largo plazo, hemos creado una base sólida para el acercamiento y la cooperación cultural. 

Cuando llegué a Madrid hace unos veinte años, soñaba que algún día existiría una asociación macedonia aquí, similar a las que existen en Alemania, Suecia y otros países de la diáspora. 

Aunque intentamos formar una en los primeros años, cuando trabajaba como asistente administrativo en la Embajada de Macedonia, no tuvo éxito debido al pequeño número de macedonios en España en ese tiempo. 

Hoy en día, a través del grupo "macedonios en España" y con la creciente comunidad de jóvenes, enérgicos y ambiciosos, veo un futuro brillante. Esto me da esperanza y motivación para continuar trabajando a través de la asociación: para conectarnos, compartir experiencias, organizar eventos culturales, 

exposiciones de arte, talleres educativos, todo con el fin de presentar a Macedonia en su forma más auténtica y hermosa. 

Me alegra especialmente que tengamos un fuerte apoyo de la Embajada macedonia en España y de su actual embajador, Edmond Ademi. 

Nuestra colaboración es excelente y sinceramente espero que esta relación continúe también con sus sucesores. 

Nuestra visión es ambiciosa, pero sincera: queremos que la comunidad crezca y crear un espacio propio, un centro cultural donde se fomente el idioma macedonio, la música tradicional, las danzas, la gastronomía. 

Un lugar donde se encuentren generaciones, se transmita la identidad y el amor por la patria, y se construya un puente, no solo hacia España, sino también hacia el futuro. 

2.5.2025